- proceso sin calor
¿Cómo se transforma la leche materna en polvo?
Convertir la leche materna en polvo se logra a través de un proceso llamado liofilización, pero ¿en qué consiste?
Se coloca la leche materna congelada en una cámara donde la temperatura va hasta los -40ºC.
Utilizando una bomba, se extrae el aire de dicha cámara generando un vacío.
Esto provoca la vaporización de los cristales de hielo que se encuentran en la leche congelada transformándola en polvo.
Es decir ¡tu leche en ningún momento vuelve a ser líquida!
El resultado es un fino polvo de leche materna que conserva sus propiedades.
Liofilizar vs. Congelar a largo plazo
Actualmente la medida estándar para conservar nuestra leche es congelarla, pero ¿cuál sería la ventaja de liofilizarla?
Si bien, congelarla nos ayuda a extender el tiempo de vida de nuestra leche, no es un método perfecto. Sabemos que nuestra leche está viva, está llena de bacterias, inmunoglobulinas, enzimas, proteínas, minerales, vitaminas y demás elementos que la hacen el mejor alimento para nuestro bebé. Pero guardarla a bajas temperaturas por un periodo prolongado genera cierto deterioro; y si posteriormente añadimos calor para descongelarla provocamos mayor pérdida de nutrientes.
Con el proceso de liofilización se eliminan los cristales de hielo que se forman en la leche sin descongelarla (es decir, el agua pasa directamente de sólido a gas). La ausencia de agua desactiva las enzimas y microorganismos que generan el deterioro de la leche.
Se ha comprobado que con la liofilización se mantienen hasta 97% de nutrientes y anticuerpos; se conserva el color, sabor, y hasta el olor. ¡Increíble!
Congelar
Liofilizar
- Conserva propiedades nutricionales
- Proceso 100% libre de químicos
- Proceso seguro y respaldado por años de investigación
- No requiere refrigeración
- Lista para su uso en cualquier momento y en cualquier lugar.
- Se almacena fácilmente
- Se transporta fácilmente